NEGLIGENCIA ENCEFÁLICA

Se fue, Agusto, gritaba desesperada mientras le apretaba la mano. Realmente, pese a que se había ido, Nico se sentía mal y andaba medio intrigado. Se lanzó hacia él y acariciaba sus pestañas mientras le analizaba los ojos... Nico le propuso ir a la sala y que le contara el corto que ella había visto un día antes. -Realmente quise ir a verlo pero Mariana no me dejó, me retuvo y empezó con el lloriqueo de siempre- dijo Nico. Ella se le acercó lentamente, lo amarró con sus brazos blancos y delgados y solo dijo ¿y qué?... -Y qué.. ¿Y qué más tienes? - preguntó él. -Bueno, tengo un ron, un whisky y 2 botellas de vino de hace mucho. Respondió ella -Traigame esos vinachos, gritó Nico con voz de mando. Sensualmente ella trajo la primera botella con dos vasos de plástico los cuales tenían dibujos infantiles. Nico los examinó y soltó una carcajada. -¿Qué te pasa? ¿acaso no te gusta mi vajilla ingelsa? Nico rio nuevamente mientras formaba filitas blancas sobre la m

"Qué puedo hacer con imágenes féminas proyectadas en mi frente, cuando la desesperación y transpiración bajan por las sienes, así como mis dedos por tu cintura. Una vez más loco. Una vez más con la cordura de enemigo, mientras bebo un vaso de vino muy morado, como tus labios agotados después de ser devorados por los míos" Los alaridos pasionales de un nervio ubicado en la parte central del músculo latente me persuadieron para iniciar a... ¿cómo se llama esto?... claro, eso. Los sintomas me parecieron desagradables en un comienzo, sentir calentura y agitación, realmente nunca fue lo mío. Un joven algo senil, de vida aburrida y de emociones fugaces, usted sabe, se aletera con cosas como estas. Decidí expirementar luego de sus ataques. Las consecuencias fueron terriblemente maravillosas. Los músculos se contraen, la respiración son solo suspiros prolongados, las sonrisas colorean las mejillas, lo ojos brillan y alcanzan una nitidez imposible de concebir. Son detalles. Detalles

.A. veces pienso que eres papel y escribo, otras que eres agua y me deshidrato adrede y en otras que eres mía, sólo mía y que al verte mi vida se hace coherente. mis plúmbeas y rídiculas noches que en un tiempo me obligaban a decaerme, hoy son punzadas en el pecho y arrebatos de sensaciones que desconozco. esencial como la brasa para mis cigarrillos o como un cinturón para mis pantalones, algo así tú para mí. me desconozco y es agradable. por el día mi mente es una fábrica de proyectos y de frases, practico frente al espejo versos, esos tus rizos desenfocados son pretenciones de un alma inválida. aunque mi andar esté desglozado tengo suturas de letras que asfaltan una senda, una senda que culmina con una puerta en el aparente lejano Enero. me conformo con una sonrisa tímida y un "KE" viajando por la brisa que despedirás; le invitaré a pasear por mi oído y acariciar mi tímpano... y ojalá quiera alojarse en una de mis perturbadas células encefálicas. mas todo esto tratárase tan

Para cagarme el temple no es necesario visitarme. si tus labios sangran mi nombre, mi nariz goteará tu voz. Un pitido convocará la ansiedad, y jugaremos con la depresión, juego donde yo soy el novicio y todos me ganan. Quizá te asomes , me imagino que reirás y me despreciarás. o tal vez nunca te enteres, o tal vez nunca estés, o tal vez no exista, o tal ves no existas. Pero de todas formas perderé. Arquearé por tanto mis labios hacia arriba, viviendo el presente-futuro.. Solo hasta sentir un cosquilleo en la nariz.

-Un corazón y un paquete de cigarros económicos , por favor- Así fue con lo que llegué al parque, evadí líquidos y encontré una banca. La primera bocanada alivio mi desesperación y me hice un tanto difuso detrás del humillo . Y el corazón, ¿el corazón? lo tenía envuelto en un papel, para ella, en el bolsillo trasero. Veía perderse la gente, y el arbusto añejarse con mi (in)pura presencia. Me encontré con ella, y hablamos buen rato. Tenía la intención de proponerle andar juntos, la conocía desde siempre y, hasta hoy, es la más atractiva. Andaba decidido, lo juro, solo que.... Éxtasis cada vez que me acariciaba, me encantó verla sonreír. Caminamos al rededor de la pileta, lanzamos unas monedas; yo pedí por su compañía, ella también y lo dijo en voz alta. Me cohibí demasiado. Por un rato no pensé en el tiempo, solo pensaba en qué me diría y lo hermosa que estaba. yo maquinaba el modo de decirle ¿Quieres conmigo estar? mientras , esos labios que pudieron ser míos, jugueteaban en mi mejil

Los árboles pierden timidez y se desnudan, las hojas secas revolotean alrededor de estos el cielo tiene la apariencia de un velo de novia sucio y olvidado el sol parece haber olvidado el delirio de hace algunos días El viento parece apresurado y atropella fríamente. Las vidrios se empañan y sirven como pizarrón Las narices se tupen Nos acostumbramos a temblar El hábito de fumar se fortalece Y ganar calor es sensato Y tiene sentido caminar de la mano Y enfermarte es razonable... y más si la culpa la tienen las emociones

Si buscar vida y muerte o, mejor aún, una vida muerta; donde los colores no tengan luminosidad. Que la belleza se tape por tierra árida, y el calor de lo sensible congele en una taza de café matutino. Dejar que el halo de humo de cigarrillos pasionales se pierda en el ambiente, y que te penetre nuevamente cuando le hayas abandonado. Regocijar el sufrimiento y una vez más recordar el futuro. Tropezar adrede y masticar polvo levantarte, presionar las llagas aguantar el dolor... Experiencia tocará tu puerta..

Mis dedos que navegan entre un mar apaciguado, cuando el viento me palpa detrás de la oreja . Mi vista fija en el sol y la luna. Abstraído por la brillantez. Enternecido al extraviarme, en ti. No, no, no. No tocaré tus cabellos lisos más, daré la espalda a tus alaridos, no te miraré los ojos, insensible al lagrimeo. encauzaré a la salida, de ti.

"Perdí el cubo de hielo que guardaba en el bolsillo de la camisa" Desaparecía detrás de cada árbol que se le cruzaba. Vacilé una y otra vez por tratar de aprehenderla, pero ágil, escondiendo algo, me evadía. Oìa sus risas, mas no sabía de dónde provenían. Se burlaba, rozaba mis hombros y, por más rápido que volteaba, no estaba. Me resigné, quedé sentado con la quijada apoyada a las manos (nunca lo tomé como estrategia, no obstante fue más efectiva que todos mis intentos) La vi parada delante mío y me abalancé hacia ella como pude. Por fin la tenìa. ¡ Devuélvemelo!, le dije Temblaba, tenìa los ojos idos y las ropas húmedas. Soltándola, di unos pasos atrás mientras ella débilmente estiraba sus dos manos hacia mí con un bulto que derramaba agua. Me miraba el bolsillo de la camisa... Al hacerlo yo también, todo se puso negro, negro como el hoyo hondo de mi pecho.